martes, 20 de febrero de 2007

Sin conciencia...

A lo largo de nuestra vida, nos suceden momentos… Momentos agradables, tristes, especiales, inolvidables, de nervios,…

Las situaciones más complicadas, son aquellas que te fortalecen, y por ello si te vuelve a pasar sabrás hacerle frente. Pero el peor momento que te puede suceder no es el de la tristeza, sino el tener miedo.

El miedo no es más que algo desconocido, como ya dije en anteriores escritos, por eso sentir una amenaza, hace que nos pongamos nerviosos, ya que desconocemos lo que sucederá.

Los culpables de nuestros actos, irracionales o incoherentes, solo se le puede atribuir a los nervios. Los nervios hacen que no seamos conscientes de nuestra conducta, una vez lo realizas, conoces las repercusiones que se te van ha atribuir y con ello lo que acabas de realizas, y en este momento piensas:

- Lo hecho, hecho está, pero la próxima vez no sucederá. -

Eso sí, antes de pensar en eso, según la importancia del acto, serás capaz de maldecir lo sucedido.

Creo que todos llegamos a esa conclusión, pero muchas veces no sabes el porque, pues yo si que lo se. Llegamos a dicha afirmación, porque sabemos, que si nos encontramos de nuevo con una situación igual o similar, recordamos ese momento, y es aquí cuando el miedo desaparece, ya que conocemos lo que está sucediendo.

“Los nervios me han traicionado, como los pille…”

miércoles, 14 de febrero de 2007

La vida ( II )

¿Carpe Diem o vida tranquila?... ¿Y porque no una unión de ellas?

Hoy un día como otros cualquiera, aún siendo 14 de febrero, San Valentín, han acabado las clases de la tarde y mientras caminaba hacía la autoescuela, me he parado en seco, y he mirado al cielo, he visto un cielo azul, tranquilo y relajado, a causa de ese pequeño vistazo, he vuelto a caer en un estado transitorio del cual me siento orgulloso, y he decido tomarme un café antes de empezar la practica.

Es aquí donde mi mente relajada ha empezado ha pensar. Al encender un cigarro, darle una calada y dejarlo en el cenicero, me he quedado unos minutos mirando como se consumía, y de repente mi mente sincronizada con mi mano y esta a mi bolígrafo he empezado ha escribir este pequeño texto.

Un cigarro al consumirse, lo hace poco a poco, a causa del calor desprendido al encenderlo y lo primero que llega a mi mente es como consumimos nuestra vida…

Mi cigarro se consume y veo como poco a poco cae la ceniza al cenicero y es aquí como donde llego a darme cuenta de cómo consumimos nuestra vida, muchos de nosotros seguimos el “Carpe Diem” otros llevan una vida pacifica, tranquila y yo creo que la mejor forma de conseguir llegar a la felicidad, base de nuestro fin, sería uniendo el carpe diem junto con la tranquilad, porque llevar una vida de placer, pudiendo tener ambas cosas, placer y tranquilidad.

Hay que tener en mente que el carpe diem, aprovechamos al máximo todas nuestras oportunidades, sabes que alguna de estas no tiene porque ser beneficiosa, que haga que tu decaigas en momentos de máxima satisfacción, cosa que hará que te des cuenta de que necesitas algo de tranquilidad en tu carpe diem, por eso propongo una nueva forma de entender nuestra única proposición, que es llegar a la felicidad, por lo menos yo lo creo.

Lo único que propongo es modificar el carpe diem, dándole a este momentos de relajación, como el que me estoy dando ahora, hacedlo así: párate, mira al cielo, tomate un café y fíjate como tu cigarro se consume, y verás como tienes una reflexión que se acerca a la mía, no digo que sea la misma, pero seguro que hay puntos en los que coincidimos…

Nota: Aquel que no fume que se fije en como cae el azúcar cuando lo echas sobre el café, lento o rápido. Pensadlo.

lunes, 12 de febrero de 2007

La vida ( I )

Oportunidades. ¿Sabemos aprovecharlas?


…Las oportunidades que se nos presentan a lo largo de nuestra vida, pueden ser tan fugaces como una mariposa o incluso tan lentas que las puedes ver como se posan ante ti, pero yo no tengo por que estar haciendo metáforas sobre el paso de las oportunidades, sino dar una explicación a saber si sabemos cuando o no aprovecharlas.

No obstante, hay que intentar entender el porque se nos acercan o se nos presentar ante nosotros… Estos acontecimientos no son más que momentos en nuestra vida, para poder realizar un cambio o para tener nuevas experiencias sin necesidad de alterar nuestra existencia.

Todas esas oportunidades que se nos muestran delante nuestro, pueden ser favorables o incluso innecesarias, ya que no es que vayan ha empeorar nuestra forma de ver la vida, pero si pueden poner trabas a nuestro camino hacia la tranquilidad o la serenidad de nosotros mismo, no es más importante el mero echo de aprovecharlas a el ver como pasa el tiempo al no haber querido asimilar sus acontecimientos.

Una vez dejamos escapar un acontecimiento, lo primero que se nos pasa por nuestra mente es: - ¡Joder como he podido desperdiciar ese momento! -. Una vez te pares a reflexionar esa oportunidad seguro que te das cuenta de lo poco que iba hacer variar tu vida. En cambio hay otros momentos en los que no deberían cruzar ante tus ojos y no beneficiarse de ellos.

En este momento de la reflexión me viene a la cabeza una teoría que mi compañero Dani me mencionó hace un tiempo:

- Uno siempre busca su naranja, para pasar el resto de su vida con ella, pero hasta antes de encontrarla o de llegar a ella, necesita madurar, por ello empiezas con las mandarinas, hasta que un día por fin la encuentras, no obstante al encontrarla llegara el momento en que esa naranja se acabe, por ello no has de intentar seguir buscando una naranja, vuelve ha empezar con las mandarinas y verás como la naranja volverá ha aparecer. -

Gracias a Dani, por explicarme la teoría, ya que con ella, me ha hecho ver como se pueden aprovechar las oportunidades y también mencionar a Laura por recomendarme el tema. Gracias a los dos.

Y una ultima cosa no aprovechéis todo al máximo, darle tiempo para reflexionarlo y veréis como no todo es necesario en esta vida.

sábado, 10 de febrero de 2007

La muerte...

“Se que esta entrada, parece un poco fuerte ha primera vista, pero es todo lo contrario, leedla sin miedo.”

¿Por qué se teme a la muerte?...

...El temor hacia la muerte se debe a la ignorancia, uno siempre teme lo que desconoce. Cuando la conciencia despierta la ignorancia desaparece y entonces el temor a lo desconocido deja de existir.

Tras llegar a esa conclusión me doy cuenta de que no solo tememos a la muerte, sino a todo lo desconocido, se material o abstracto.

Entonces si desconocemos de algo, le tendremos miedo. Por ello creo que una de las formas más sencillas de poder deshacernos del temor a la muerte, es el mero echo de: pararnos, dejar nuestras mentes en blanco y empezar a pensar, tal y como lo estoy haciendo ahora.

No obstante, el echo de intentar conocerlo todo, para no temerlo, es complicado, ya que no tenemos suficiente sabiduría, ni tampoco tiempo para reflexionar sobre cada una de las cosas que desconocemos. Con esto lo único que creo, es que en vez de intentar conocerlo todo, hay que ir solucionando los miedos poco a poco mientras van surgiendo, así es mas fácil, no temer a lo nuevo, ya que mientras lo vas conociendo vas dejando de tenerle miedo.

Inspirado en Epicuro

Aún así, a veces es mejor ignorarlas y dejarlas pasar, ya que el conocimiento de eso pude llevarte a tener problemas y temerlo más aún.

“La ignorancia es la carga más pesada. Pero quien lo lleva no lo siente.”
Alessandro (es mía)

jueves, 8 de febrero de 2007

La lluvia...


Hoy dia de lluvia suave y tranquila, que relajante es dar un paseo, mientras esas diminutas gotas caen sobre ti, me hacen reflexionar.

Estos son los momentos más tranquilos en los que me encuentro, pero no obstante la lluvia no es mas que un dia, para quedarte en casa y poder desprenderte de los temores que están dentro de ti, esos miedos que abundanal no tener tiempo para desacerte de ellos.

Por ello la lluvia de hoy ha sido todo un regalo de la naturaleza, para mi, que me hace que no tema ni sufra...

Como veis me encanta los dias como los de hoy, por ello os propongo que penseis en dias como estos, para reflexionar cada uno de nuestros actos y pensar en una forma de no temer a nada...